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NEoPUriTanos

LA mORaLiNa dEL sIGlo XXI

Me decía una amiga hace poco que no le parece bien que Rosalía salga desnuda en su último disco, es una referencia para muchas jóvenes, que se muestre como objeto sexual no le parecía correcto, hay muchas fans que la siguen y la imitan. Mira tú, ni se me había pasado por la cabeza, pensaba que estar desnudo era algo natural; en realidad tiene razón, Rosalía es un símbolo, muchas chavalas van pasando frio solo porque en los videos de reggaeton salen vestidas como putas. ¿Es ofensivo decir putas? SÍ. ¿Lo he dicho aposta a ver quién se ofende? También. ¿Me suda las pelota llena pelos como dijo una vez Antonio Canales? Pues también.

¿Qué ha pasado en los últimos años? ¿Porqué nos hemos vuelto tan puritanos?

La respuesta es: LAS REDES SOCIALES.

Y es que las redes son el gran invento y la gran desgracia de la humanidad, no hacen más que quitarnos tiempo y tiempo y más tiempo. Todo el mundo está hasta arriba de curro, hasta arriba de trabajo, NO LE DA LA VIDA. ¿y eso por qué? Porque estamos enganchados a las redes. Porque podemos mirar Instagram, WhatsApp o Facebook en cualquier momento, y así parece que no tenemos tiempo para nada, todo el día liados, con mil tareas pendientes, con mil cosas que hacer. Pero realmente lo que nos pasa es que estamos ENGANCHADOS, saturados de información. Nos VIGILAMOS constantemente los unos a los otros, y acabamos en situaciones absurdas como convocar dos manifestaciones feministas porque no se ponen de acuerdo con si los transexuales tienen los mismos derechos que las mujeres o no.

Hace años la sensibilidad brillaba por su ausencia. Se fumaba en la consulta del médico, se pegaba a los niños con la zapatilla, se le daba cachetes en el culo a la secretaria. Ahora tenemos un sistema de valores muy superior (gracias a Dios), pero como todo en esta vida, es un arma de doble filo, y claro, los colectivos están ahí al acecho: el colectivo lgtb, el colectivo feminista, el colectivo de los gordos, de los negros, de los minusválidos, de los ciegos, etc… Por supuesto quería decir personas de color, discapacitados, invidentes, personas con sobrepeso, y LGTBIQ+.  Y ahí está parte del problema, queremos ser tan inclusivos que al final ni se entienden las siglas y el mensaje se pierde. Andaba el otro día en una reunión y uno hablaba en femenino: «porque nosotras…», «ellas van a..», «juntas podremos…» y claro yo la verdad es que estaba despistado sin saber a quién se refería, finalmente resulta que era para reivindicar un uso menos machista del castellano, pero al no saber bien el contexto no entendía el mensaje.

Las palabras según se digan tienen una connotación u otra, y son muy delicadas. Tenemos a las grandes marcas, influencers y famosos queriendo evitar ofender a toda costa (el famoso virus woke), y esto lo que ha ido produciendo en los últimos años es una especie de descafenaimiento de la vida que se queda un poco insulsa, porque sí, porque a todos nos gusta lo picante, lo salado, lo amargo, lo dulce… pero lo soso no le gusta a nadie.

Sor Ángela, con su cara de buena gente, nos vigila.

Y es que el verdadero problema de todo esto es la vigilancia moral de los valores, ¿quién establece qué está bien y qué está mal? ¿Quiénes son esos subnormales que deciden que cosas que son sátira, humor o simplemente comentarios subidos de tono? Que si, que la palabra subnormal es ofensiva, que lo he dicho aposta para que apartes tu mirada con desprecio, pero vamos que en el colectivo de los subnormales ya estoy yo, en ese sí que me siento identificado, así que como subnormal que soy tengo derecho a utilizar la palabra. Y es que el lenguaje está para usarse ¿no? ¿O lo siguiente va a ser eliminar palabras de los idiomas? Yo creo que el siguiente paso en la lista es quitar directamente del diccionario palabras como gordo, puta, negro, maricón, etc… ¿Deberíamos prohibir su uso? ¿Pero eso en qué nos dejaría? Y sobre todo ¿Quién lo decide?

¿Porqué tanto odio, Dios mío? ¿Porqué?

Los artistas muchas veces trabajamos sobre los límites y las ambigüedades, no sobre absolutos, y es en esta linea divisoria sutil donde muchas veces nos sentimos cómodos; porque ¿Qué quiere decir maricón? ¿Qué le gustan los tíos? ¿Sólo con mirar ya cuenta? ¿O tiene que haber relaciones sexuales a la fuerza para poder utilizar la palabra? ¿Y negro, qué tono de piel es el adecuado para llamar a alguien negro? ¿Existe una plantilla pantone para saber quién es negro y quién no?

Dice literalmente el código penal en referencia a los delitos de odio:

«Serán castigados con una pena de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a doce meses:

a) Quienes públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquél, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad.»

Y así sigue un rato, pero claro, ¿quién decide qué es hostilidad, qué es discriminación? Un juez, claro. Pero si el juez es de izquierdas o de derechas, negro o blanco, gordo o delgado, hombre o mujer, gay o hetero… cambia posiblemente mucho su visión de las cosas.

Porque resulta que hay hasta un colectivo que odia a los gordos, o sea ¿se puede ser más idiota que pertenecer a un colectivo que dedica su tiempo y energía a insultar a gordos?, que aquí es donde entra mi paranoia de nuevo ¿Cómo se decide quién es gordo? ¿Los pesan? ¿Simplemente al verlos ya saben el exceso de peso? ¿hay un límite? ¿miden el índice de masa corporal?

Pero bueno, cada uno que dedique su tiempo a lo que le haga ilusión.  Mientras la gente no vaya por ahí pegando a nadie no debería pasar nada (aunque esto también es discutible) pero el caso es que sí pasa, por este famoso delito de odio, que es maravilloso y a su vez tiene su lado oscuro. Y es que gilipollas hay en todas partes. Eliminarlos va a ser complicado, y sobre todo decidir qué hacer con ellos, ¿dónde los metemos? Pero una vez más son dos caras de una moneda, porque al final la libertad de expresión queda muy limitada, y probablemente el día que se acaben las ofensas de todo tipo, en todos los colectivos de todas las índoles, se habrán acabado los chistes, la libertad de creación, la libertad de credo, el sentido del humor… en fin, seremos seres neutrales, políticamente correctos,  PERO MÁS SOSOS QUE LA UNA.

 

PD: Las cárceles de los países autoritarios tipo China, Cuba, Afganistán, Corea del Norte, etc, están llenas de gente que cometió un DELITO DE ODIO contra su país. Todo depende de quién ponga las leyes. Ojito con el camino que llevamos.

THE END, o como dice mi mujer: que os den por culo a todos.